Las Travesuras de Hoppa
Okita desplazaba el
peso de un pie a otro mientras el ascensor subía piso a piso abandonando el
subsuelo, acercándose cada vez más a la superficie, no podía creerlo y no sabía
si su jefe le creería pero tenía que cumplir con la labor de informarlo, era su
responsabilidad con la compañía y quizá
con el mundo. Llevaba casi dos años trabajando en el laboratorio de desarrollo
de energía de simulación virtual, habían logrado grandes avances, pero nunca
nada como esto, era la primera vez que habían conseguido que un monstruo de
bolsillo, fuera más que un holograma, había mostrado funciones mentales separadas de la I.A bajo la cual los
programaban a todos, era claro que este había desarrollado una personalidad
compleja, una personalidad según el comportamiento característico de la especie
y ese era, principalmente el problema, que su especie era de las más
problemáticas; con una mezcla de fascinación y horror en la cabeza y del
desayuno en su estómago (el cual no me atrevería a intentar adivinar que era)
Okita llego a la oficina de Junuishi Masuda quien se encontraba platicando
animadamente con Satoshi Taijiri, la expresión ansiosa y lo agitado de Okita
les hizo preocuparse, no tanto como deberían, en cuanto le vieron abrir la
puerta tan desesperadamente ambos se levantaron y dejaron desvanecer sus
sonrisas en sus rostros mientras se acercaban a él para sostenerlo y ayudarlo a
sentarse mientras este recuperaba el aliento, pero Okita no podía esperar,
Okita tenía que transmitir su mensaje, así que entre aspiraciones pesadas por
fin pronunció: ha escapado.
El Concurso
Junuishi Masuda estaba
nervioso pero intentaba mantener su mejor cara de póker, se negó a que lo
maquillaran y se dirigió directamente al estudio de grabación, un poco asustado
pero muy decidido, se paró en medio del fondo verde de efectos especiales y con
su tono más carismático empezó a hablarle a la cámara contándole sobre el gran
concurso, un pokémon llamado Hoppa que sería enviado a través de la función
intercambio prodigioso de los juegos de la sexta generación de pokémon, este
Hoppa especial tendría el mote “jumpy” y entre sus movimientos tendría el
movimiento “distorsión” que no podría aprender ningún otro pokémon de ningún
otro modo, aquel que lo encontrara debería de comunicarse de inmediato con la línea
que dispuso la compañía para los jugadores, y este se convertiría en acreedor
de un premio de 5 millones de dólares canjeable solo presentando la consola con
el pokémon.
Tras terminar de
grabar el comercial y ser subido a la web, se convirtió en algo viral y muchos
de los jugadores veteranos y criadores empezaron a enviar hordas y hordas de pokémon vía
intercambio prodigioso en busca del aclamado pokémon especial que podría ser un
verdadero boleto a una mejor vida para quien lo encontrase, lo que ellos no
sabían, es que en verdad, era solo el preludio de una cadena de eventos
inesperados.
Los Ganadores
Andy fue de los muchos
que al ver el comercial se ilusiono
bastante con el premio y con las cosas que podía hacer con su comunidad
de pokémon en Facebook, se le ocurrieron cientos de concursos e incluso pensó en
que podría regalar juegos y consolas si fuera el caso. Fantaseo por casi 45
minutos entre adormilado sobre su escritorio babeando el teclado, hasta que por
fin el peso del cuerpo en un mal
movimiento le hizo perder el equilibrio y caer de la silla, el golpe le
espabilo casi que por completo y mientras se apretaba la cabeza presagiando el enorme
chichón que tendría en un par de minutos recordó el concurso y cuando menos
tuvo que sonreír, tomo su consola y se sentó en el borde de su cama.
Al encender la consola
y con un fuerte dolor de cabeza producto del golpe pensó que sería mejor buscar
una posición más cómoda, así que se sentó en el piso y recostó la espalda
contra el borde de la cama, el piso estaba fresco y se le antojaba un sitio
placentero; tomo un zigzagoon y se decidió a enviarlo por intercambio
prodigioso mientras se decidía si era buena o mala idea hacer empezar una
crianza para enviarlos, después de todo no sabía que pokémon raros podrían llegarle
en el proceso, mientras pensaba en estas cosas el sistema conecto el
intercambio de un usuario llamado Mr
CHEsse.
El pokémon que le llego a través del intercambio prodigioso era un
Hoppa con el mote de “jummpy” Andy no podía creerlo, le parecía sencillamente
imposible que le estuviera pasando a él y menos al primer intento, había
fantaseado hace unos minutos con el pokémon y lo había deseado con todas sus
fuerzas ¿pero que acaso un hombre durante toda su vida no sueña y desea cosas
que jamás tendrá?
Dirigió su avatar
dentro del juego hasta la pc del centro pokémon para comprobar el hoppa, accedió
y una oleada de terror lo acometió cuando no lo vio en ninguna de las cajas,
reviso por lo menos 3 veces más antes de
encontrarlo en la séptima caja del sistema, se relajó un poco y de inmediato lo
selecciono y comprobó sus datos, efectivamente tenía el movimiento “distorsión”
entre sus movimientos base, Andy se alegró, sonrió tanto que el rostro empezó a dolerle y apuntó estuvo de gritar y ponerse a
saltar pero no lo hizo, en cambio, apago la consola y se acostó, se metió bajo
las sabanas y quiso dormir, entonces lloro, durante casi dos horas, unas lágrimas
que no sabía identificar, un llanto que quería ahogar en las sabanas y que al
final le condujo a un sueño profundo y pesado, un sueño en el que era un hombre
rico, muy rico, un sueño en el que lo tenía todo, todo salvo quizá amigos, y
aquello le consterno, a la mañana siguiente no recordaba nada de lo que había
soñado pero persistía en él una terrible sensación de soledad.
Antes de llamar a la línea
dispuesta por Nintendo, decidió que invitaría a la playa a sus amigos
administradores de la página, les contaría lo sucedido y compartiría su fortuna
con ellos, eran sus amigos y para él, en aquel momento valía más que cualquier
montaña de dinero.
Uso los ahorros de
media vida para poder costear el viaje de todos a aquella playa, pasaron la
tarde divirtiéndose jugando con una pelota playera, sin atreverse a meterse en
el mar, todos se encontraban un poco escépticos y de alguna manera se sentía un
aire tenso entre ellos, Mafer sospechaba que quizá Andy estuviese enfermo, idea
que intentaba apartar de su mente sin mucho éxito y así pasaron el día hasta
que a media tarde empezó a llover y tuvieron que refugiarse en la cabaña que Andy
había rentado, divagaron entre charlas tontas hasta que finalmente Andy no resistió
más y pensó que era el momento adecuado, los llamo a todos mientras encendía su
Nintendo 3DS con el cartucho de Alpha Zafiro , les pregunto si recordaban aquel
concurso sobre Hoppa a lo cual todos contestaron que si, finalmente él les
mostro al Hoppa y todos quedaron en silencio durante unos instantes hasta que Chejo rompió el silencio.
-Clonémoslo- dijo
solemne y con la mirada clavada en los ojos de Andy, todos le miraron un poco
confusos casi como si no entendieran a que se refería
-¿para qué? Se supone
que solo hay uno, no es como si la gente de Nintendo le fuera a pagar a todos
los que apareciesen con uno de estos- irrumpió Aggron con voz paciente y algo
cansina
-podemos usarlo como
un pokémon de colección, no necesariamente debe ser para cobrar el premio-
contesto a su vez Chejo
Al final Andy accedió,
aunque la tensión se mantenía y había algo más en el aire, quizá temor, se
dispusieron a empezar el proceso con las dos consolas y entonces el cielo se
ilumino y un destello plateado y ligero cual navaja de guerrero hábil penetro
en el interior de la cabaña, por un momento el gran halo de luz lo consumió
todo y al siguiente ellos caían a través de las nubes opacas y débiles de un
cielo nocturno hacia quizá, un paisaje demasiado verde, sin entender que sucedía,
mientras Hoppa volaba en picada junto a ellos, ostentando una gran sonrisa
maliciosa.
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